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Y de pronto


Y de pronto apareciste
en la calle de aquel sueño
con estrellas me escribiste
la palabra del silencio.

A la luz de las farolas
de la cruz del pensamiento
aunque poco me dijiste
para mí fue el Universo.

Para mí fue el infinito
el sinfín de un sentimiento
que hace siglos o segundos
por quererte se hizo tiempo.

En el tiempo, que es un río
incansable, yo te creo
yo te invento, te imagino
y de pronto, te aparezco.



Así va





 Así va. Suceden días
pasan rostros y zarzales
yo camino a las estrellas
en los prados de la tarde.

Yo te encuentro. En el alba,
en la noche y en el cielo
yo te enciendo. Yo te aguardo
en la orilla de aquel sueño

de tu nombre, tu sonrisa
de tus ojos, tu silencio
los poemas, las miradas
las promesas, el misterio.

El destino vuelve siempre
a decirse por completo
es olvido, es recuerdo
es palabra y es un verso.




El amor ensueño


Agradezco a Luna de Plata la bella mirada que ha puesto a esta voz.


Αν μ' αγαπάς κι είν' όνειρο, ποτέ να μην ξυπνήσω
γιατί με την αγάπη σου ποθώ να ξεψυχήσω.
Canción tradicional griega

De noche yo siempre viajo
donde presiento que estás,
te abrazo, te dejo un beso
y tú me miras soñar.

Esto ha sido tantas veces
que a nadie debe asombrar:
si el amor vive en un sueño
no se quiera despertar.

Soñando sin fin yo sueño
que nunca se ha de acabar
el sueño en que yo te beso
y tú me miras soñar.

Si me amas en este sueño
en este sueño no más
los días y la vida entera
ya no se despertarán.

Y siempre llego a tu sueño
soñando sin despertar
al sueño en que yo te beso
y tú me miras soñar.

Príncipe Silencio



Príncipe Silencio
con alma de luna
deja que yo alcance
tu reino de bruma,

tus torres de niebla
tus ojos de paz
tus lagos azules
tu estrella fugaz.

Príncipe Silencio
si quieres marcharte
monta en un caballo
blanco y anhelante....

Galopa ligero
al menos y al más
al nunca, al mañana
al fue y al será.

Príncipe Silencio
guarda tus palabras
que son los tesoros
que quieren las hadas.

Por tenerte cerca
yo me moriría
contaría las gotas
de la fuente fría

Subiría montañas
cruzaría la mar
Príncipe por siempre
Silencio serás.


Lancé una botella anoche en el mar




Lancé una botella
anoche en el mar
se fue navegando
al nunca jamás.

Le puse una carta,
un verso, un quizás
un sueño imposible
y un despertar.

Lancé una botella
anoche en el mar
quería ver tus ojos
detrás del cristal.

Quería oír tu voz,
tus manos tocar
sentir tu sonrisa
mirarte mirar.


Se fue navegando
segura en su azar
llegó hasta tu playa
la viste pasar.

Leíste la carta,
el verso, el quizás...
soñaste despierto
a orillas del mar.

Lancé una botella
sin nunca jamás:
En esta palabra
te puedo abrazar.




No se puede llorar en el espacio


No se puede llorar
en el espacio.
Las lágrimas no caen
si la gravedad es cero.
Así dijo hoy
un astronauta
que se llama Chris
y es canadiense.
Y yo estaba llorando
precisamente
como dice Chris
que no se puede:
por el todo y la nada
por el nunca y el siempre
por el hoy y el mañana
por el sol y el oriente
por el no es no será
no seremos no fuimos
por haberse perdido
precisamente
sin llorar
-no se puede-
en el espacio.


(C) María García Esperón




Era un dragón blanco




Era un dragón blanco
con alas de plata
con uñas de cobre
y lengua escarlata.

Vivía en una cueva,
guardaba un tesoro:
era un solitario
rodeado de oro.

Un día un caballero
al bosque llegó.
Buscaba el tesoro
del blanco dragón.

Al verlo en la cueva
la espada sacó
y quiso clavarla
en su corazón.

Mas el dragón blanco
levantando el vuelo
le dejó el tesoro
a aquel caballero.

Yo ya estoy cansado
de cuidar el oro,
de ser solitario
¡es tuyo el tesoro!

Y aquel dragón blanco
de alas de plata
de uñas de cobre
y lengua escarlata

se marchó volando
en busca de amor,
por cielos azules
y el cuento acabó.

María García Esperón